Lugar historico con una historia interesante, que vale la pena ir haber este lugar.
La garita del diablo es parte de la fortificación militar, que la Unesco declaró patrimonio mundial en 1983.
Dicen que en noches sin luna se ven apariciones en ciertas zonas de la ciudad amurallada. Hay cuentos y anécdotas de diferentes lugares de la vieja ciudad. Sin embargo, la garita del diablo es, tal vez, la que más llama la atención.
La mayoría de las fortificaciones que rodean al Viejo San Juan tienen garitas (puestos de vigilancia).
La mayoría de las fortificaciones que rodean al Viejo San Juan tienen garitas (puestos de vigilancia).
Una de las garitas del fuerte San Cristóbal es conocida como la garita del diablo. Esta garita, construida en 1634, es una de las partes más antiguas del fuerte militar.
Las leyendas cuentan que los soldados desaparecían frecuentemente de esta garita. Sin embargo, se cree -y está dicho así en varias historias locales- que el único soldado que desapareció lo hizo para escaparse con su novia. Sin embargo, la leyenda todavía rodea la garita y los visitantes del fuerte usualmente preguntan por ella.
-¡Centinela, alerta!
- ¡Alerta está!
Las leyendas cuentan que los soldados desaparecían frecuentemente de esta garita. Sin embargo, se cree -y está dicho así en varias historias locales- que el único soldado que desapareció lo hizo para escaparse con su novia. Sin embargo, la leyenda todavía rodea la garita y los visitantes del fuerte usualmente preguntan por ella.
-¡Centinela, alerta!
- ¡Alerta está!
Con esta contraseña, los soldados españoles que hacían guardia en los antiguos castillos sanjuaneros se aseguraban de que sus compañeros estuvieran despiertos y fuera de peligro en sus respectivas garitas, que no eran otra cosa que torres de vigilancia.
Una de las fortificaciones más importantes, y por cierto la más imponente, era el castillo San Cristóbal. Mientras el castillo San Felipe del Morro defendía la ciudad de los ataques desde el mar, el San Cristóbal la protegía de los ataques terrestres. De hecho, comenzó a construirse en las postrimerías del siglo XVII y fue completado en las postrimerías del XVIII, siendo la construcción española más grande en el Nuevo Mundo.
Con su extenso sistema de túneles, su plaza de armas, sus casas de guardias, sus cisternas, sus bombas reales del mortero y su monumental
Una de las fortificaciones más importantes, y por cierto la más imponente, era el castillo San Cristóbal. Mientras el castillo San Felipe del Morro defendía la ciudad de los ataques desde el mar, el San Cristóbal la protegía de los ataques terrestres. De hecho, comenzó a construirse en las postrimerías del siglo XVII y fue completado en las postrimerías del XVIII, siendo la construcción española más grande en el Nuevo Mundo.
Con su extenso sistema de túneles, su plaza de armas, sus casas de guardias, sus cisternas, sus bombas reales del mortero y su monumental
diseño, el castillo San Cristóbal era uno de los principales escollos con que se tropezaban los enemigos de la Corona española.
También era, en esos tiempos de superstición y analfabetismo, abono para la imaginación popular. De ahí el nombre de una de las garitas más antiguas del castillo San Cristóbal: la garita del diablo.
También era, en esos tiempos de superstición y analfabetismo, abono para la imaginación popular. De ahí el nombre de una de las garitas más antiguas del castillo San Cristóbal: la garita del diablo.
Según las leyendas que han trascendido hasta nuestros días, los soldados que estaban asignados a prestar vigilancia en esa garita desaparecían misteriosamente.
Todo comenzó cuando el saldado Sánchez -a quien, por su blancura, sus compañeros llamaban Flor de Azahar- no respondió a la contraseña de su compañero en una noche sin luna y escasas estrellas.
-¡Centinela, alerta!
Nadie respondió, a pesar de que el soldado que originó la contraseña la repitió una y otra vez hasta el cansancio. Dio a su compañero por muerto. Pero al día siguiente, cuando el sol clareó y todos corrieron a buscar a Flor de Azahar, sólo encontraron su fusil, su cartuchera y su uniforme militar. Muertos de miedo y con el espanto a flor de piel, atribuyeron al mismísimo diablo la misteriosa desaparición del soldado Sánchez.
Los más escépticos, sin embargo, tomaron a chiste la leyenda que empezó a correr de boca en boca. Sabían que el apuesto españolito, prendado como estaba de una bella mestiza boricua, había planificado con ella su deserción y su huida nocturna hasta un lugar privilegiado y hermoso de la sierra de Luquillo.
De muerte, de amor o de misterio, el velo que cubre la historia de la garita del diablo sigue intacto.
Todo comenzó cuando el saldado Sánchez -a quien, por su blancura, sus compañeros llamaban Flor de Azahar- no respondió a la contraseña de su compañero en una noche sin luna y escasas estrellas.
-¡Centinela, alerta!
Nadie respondió, a pesar de que el soldado que originó la contraseña la repitió una y otra vez hasta el cansancio. Dio a su compañero por muerto. Pero al día siguiente, cuando el sol clareó y todos corrieron a buscar a Flor de Azahar, sólo encontraron su fusil, su cartuchera y su uniforme militar. Muertos de miedo y con el espanto a flor de piel, atribuyeron al mismísimo diablo la misteriosa desaparición del soldado Sánchez.
Los más escépticos, sin embargo, tomaron a chiste la leyenda que empezó a correr de boca en boca. Sabían que el apuesto españolito, prendado como estaba de una bella mestiza boricua, había planificado con ella su deserción y su huida nocturna hasta un lugar privilegiado y hermoso de la sierra de Luquillo.
De muerte, de amor o de misterio, el velo que cubre la historia de la garita del diablo sigue intacto.
Vercion feliz de la leyenda de la Garita del Diablo y mas de su historia.
GARITA DEL DIABLO - Con un grito de" Alerta" el centinela comenzaba la jornada militar, Esto se efectuaba frecuentemente para no dormirse y atestiguar su vigilancia. Misteriosamente, durante una noche oscura, desapareció un centinela de esta garita, surgiendo así la leyenda de la "Garita del Diablo".
Los habitantes de la isla de Puerto Rico, eran muy propensos a los ataques de piratas. Por tal razón tenían que pasarse la vida vigilando. La ciudad capital estaba rodeada (aún está) por castillos y murallas . Alrededor de las murallas habían, entre trecho y trecho, unas garitas o torresitas donde los soldados hacían su guardia día y noche. Por las noches se sentías las rondas de gritos que los centinelas gritaban para no dormirse.
Los habitantes de la isla de Puerto Rico, eran muy propensos a los ataques de piratas. Por tal razón tenían que pasarse la vida vigilando. La ciudad capital estaba rodeada (aún está) por castillos y murallas . Alrededor de las murallas habían, entre trecho y trecho, unas garitas o torresitas donde los soldados hacían su guardia día y noche. Por las noches se sentías las rondas de gritos que los centinelas gritaban para no dormirse.
- ¡Centinela alerta! - le gritaba uno
Y el más cercano respondía:
-¡Alerta está!
Entre todas las garitas, había una, la más distante y solitaria. Estaba sobre un acantilado profundo en el extremo de la bahía. En el silencio de la noche, el ruido del mar producía un rumor como si los malos espíritus estuvieran cuchicheando.
Había un soldado al cual llamaban "Flor de Azahar". El azahar era una flor muy blanca y como el soldado Sánchez tenía la piel blanca como el azahar, le llamaban así. Esa noche le tocó a Sánchez velar en esa garita.
Como de costumbre, los gritos de contraseña de los soldados se escuchaban de trecho en trecho. Pero, al llegar al de el soldado Sánchez, nadie contestaba. Solo se escuchaba el viento silbar y el mar con su rumor.
El miedo se apodera de sus compañeros que pasaron la noche temblando, del solo pensar, que le hubiese pasado a su compañero.
Al salir el sol, todos salieron corriendo hacia la garita a ver que había pasado en la garita, que se había quedado muda durante la noche. Encontraron: el fusil, la cartuchera y el uniforme del soldado Sánchez. El soldado Sánchez, había desaparecido sin dejar rastros.
Los soldados, que eran supersticiosos, comenzaron a decir que un demonio lo había sorprendido y se lo había llevado por los aires.
Desde ese día, a la garita del desaparecido Sánchez, se le conoce como "La Garita del Diablo".
Eso fue lo que creyeron los soldados y el resto de la isla.
Pero la verdad.....esa se las contaré yo, ¿quieren saberla?. Pues aquí les va:
Sánchez (Flor de Azahar) era un soldado andaluz y muy guapo, que pertenecía al Regimiento de Caballería y tocaba una guitarra muy bella.
Diana, una mestiza, muy hermosa, vivía profundamente enamorada de Sánchez. Y Sánchez de ella. Se conformaban con mirarse y hablarse con los ojos. A Sánchez su ordenanza le prohibía acercarse a ella, y a ella, se lo prohibía su madre de crianza que era más estricta que un sargento.
Flor de Azahar (Sánchez) se comunicaba con ella, a través de su guitarra. En las noches la tocaba y cantaba. En el canto le comunicaba a Diana sus mensajes. Una noche le envió un mensaje, el cual solo ella podía comprender, que decía:
"Mañana cuando anochezca, vete a buscar a tu amor, porque lejos de tus brazos, se le muere el corazón." La noche siguiente, Diana se levantó muy calladita y sigilosamente, salió de la casa para buscar a su amor. Cuando se encontraron, en la garita, se fundieron en besos y palabras de amor y decidieron huir lejos y vivir juntos para siempre.
Diana le había llevado un traje civil. El dejó en la garita el fusil, la cartuchera y el uniforme y sin hacer el menor ruido huyeron hacia la sierra y los bosques de Luquillo.
Allí, a escondidas del resto de la isla, construyeron su hogar y vivieron el resto de sus días.
Dicen que aún, en la garita, en las noches se escucha el rasgueo de la guitarra y una risa disuelta en el viento. Queriendo ésto decir que Diana y Flor de Azahar se burlan de los que inventaron la leyenda de la Garita del Diablo.
Y el más cercano respondía:
-¡Alerta está!
Entre todas las garitas, había una, la más distante y solitaria. Estaba sobre un acantilado profundo en el extremo de la bahía. En el silencio de la noche, el ruido del mar producía un rumor como si los malos espíritus estuvieran cuchicheando.
Había un soldado al cual llamaban "Flor de Azahar". El azahar era una flor muy blanca y como el soldado Sánchez tenía la piel blanca como el azahar, le llamaban así. Esa noche le tocó a Sánchez velar en esa garita.
Como de costumbre, los gritos de contraseña de los soldados se escuchaban de trecho en trecho. Pero, al llegar al de el soldado Sánchez, nadie contestaba. Solo se escuchaba el viento silbar y el mar con su rumor.
El miedo se apodera de sus compañeros que pasaron la noche temblando, del solo pensar, que le hubiese pasado a su compañero.
Al salir el sol, todos salieron corriendo hacia la garita a ver que había pasado en la garita, que se había quedado muda durante la noche. Encontraron: el fusil, la cartuchera y el uniforme del soldado Sánchez. El soldado Sánchez, había desaparecido sin dejar rastros.
Los soldados, que eran supersticiosos, comenzaron a decir que un demonio lo había sorprendido y se lo había llevado por los aires.
Desde ese día, a la garita del desaparecido Sánchez, se le conoce como "La Garita del Diablo".
Eso fue lo que creyeron los soldados y el resto de la isla.
Pero la verdad.....esa se las contaré yo, ¿quieren saberla?. Pues aquí les va:
Sánchez (Flor de Azahar) era un soldado andaluz y muy guapo, que pertenecía al Regimiento de Caballería y tocaba una guitarra muy bella.
Diana, una mestiza, muy hermosa, vivía profundamente enamorada de Sánchez. Y Sánchez de ella. Se conformaban con mirarse y hablarse con los ojos. A Sánchez su ordenanza le prohibía acercarse a ella, y a ella, se lo prohibía su madre de crianza que era más estricta que un sargento.
Flor de Azahar (Sánchez) se comunicaba con ella, a través de su guitarra. En las noches la tocaba y cantaba. En el canto le comunicaba a Diana sus mensajes. Una noche le envió un mensaje, el cual solo ella podía comprender, que decía:
"Mañana cuando anochezca, vete a buscar a tu amor, porque lejos de tus brazos, se le muere el corazón." La noche siguiente, Diana se levantó muy calladita y sigilosamente, salió de la casa para buscar a su amor. Cuando se encontraron, en la garita, se fundieron en besos y palabras de amor y decidieron huir lejos y vivir juntos para siempre.
Diana le había llevado un traje civil. El dejó en la garita el fusil, la cartuchera y el uniforme y sin hacer el menor ruido huyeron hacia la sierra y los bosques de Luquillo.
Allí, a escondidas del resto de la isla, construyeron su hogar y vivieron el resto de sus días.
Dicen que aún, en la garita, en las noches se escucha el rasgueo de la guitarra y una risa disuelta en el viento. Queriendo ésto decir que Diana y Flor de Azahar se burlan de los que inventaron la leyenda de la Garita del Diablo.
La leyenda de la Garita del Diablo de Borinken estendida y descriptiva para los curiosos.
Que les parecio la leyenda de la Garita del Diablo de su comienso supersticioso y su romantica realidad segun la historia que nos cuentan.Interesante no les parecio austedes?
*Como nacen las leyendas*
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